Apretujados contra las cuerdas Milei y Caputo esquivan los sopapos que les tiran los mercados con su presión devaluadora, pero con las leyes nuevas van a tener que mostrar gestión y dejar de echarle la culpa de todo a los demás.
Los airados festejos oficiales por los logros de quien ha sido nominado el mejor ministro de economía de la historia se van apagando y al cabo de seis meses de gobierno de Javier Milei, la primera reacción de ansiedad y de desacuerdo, provino del sector económico y financiero que es, sin dudarlo, el mas beneficiado con las acciones del gobierno libertario.
Claramente la agenda del gobierno no contempla ni en un punto la agenda social, porque a Milei y Caputo sólo les interesa el cierre en cero de la caja del estado y no comprenden que las necesidades de la sociedad van por otro lado y que hay gastos del estado (al que odian) que necesariamente deben orientarse al bienestar de los gobernados.
Si algo hizo bien Milei, es convencer a sus seguidores que toda la culpa de lo que pasa en el mundo entero, es del gobierno anterior y del socialismo universal y en la exacerbación desmesurada de su ego, supone que está reescribiendo la teoría económica y se autopostula para un Premio Nobel de Economía.
En el medio quedan los argentinos, que convencido por el argumento libertario de que hay que causarle el mayor sufrimiento posible a los socialistas y cleptócratas del gobierno pasado, le bancan el proceso se sumir en la ignominia a los jubilados y a la educación, sectores donde el ajuste se ensaña brutalmente.
Mas y más
Con la situación revelada en los últimos días, donde la peor de las noticias es que cae la recaudación cerca del 14 por ciento y con eso los recursos del estado para sostenerse, sumado a la incertidumbre de los mercados, que dicho sea de paso, viene del primer minuto de éste gobierno, pero que no se había manifestado, hace que no haya mas salida que seguir ajustando.
El FMI no aporta los dólares, las inversiones no llegan (me hace acordar al segundo semestre que prometía Macri), los bancos no están dispuestos a soportar que les pasen la deuda al Tesoro y la recaudación no alcanza y en la imaginación del mejor ministro de Economía de la Historia, no hay mas argumentos que recortar aún mas los gastos del estado para que la caja cierre.
Por eso demoraron el anuncio del bono de 70 mil pesos por un mes más para los jubilados, que cada día está mas en duda de que lo paguen el siguiente mes, aunque por la inflación el bono ya debería ser de 120 o 150 mil pesos en vez de 70. Van a seguir así hasta que sea una cifra intrascendente.
Por eso no hay mas fondos para la educación y siguen los despidos en áreas sensibles como los hospitales, no de carpinteros, pintores o albañiles, sino de médicos y enfermeros que se ocupan de atender las necesidades de salud de las personas.
Emisión descontrolada
Según admitió esta semana el Banco Central, la emisión de billetes del gobierno en el primer semestre del año, fue de 8,9 billones de pesos, es decir que en seis meses, Milei emitió el doble (98%) de lo que emitió Alberto Fernández entre enero y julio de 2023 y ya emitió la misma cantidad que el gobierno anterior emitió en todo el año pasado.
El dato que salió a la luz porque los banqueros, enojados con Caputo y Bausilli lo revelaron, muestra la mendacidad preelectoral del presidente acostumbrado a una trápala que le sigue rindiendo frutos, porque desde un principio habló de no emitir, dolarizar y cerrar el Banco Central, cosa que todavía no pasaron.
Párrafo aparte para decir que tanto la devaluación del 118 por ciento del 20 de diciembre, la toma desenfrenada de nueva deuda privada en forma de pasivos remunerados y la desbocada emisión de dinero, son el combo perfecto para que los precios relativos de la Argentina estén en el nivel actual, dejando a los ciudadanos sin defensa por la pérdida del poder adquisitivo del salario.
La hora de la verdad
Mal que le pese a los libertarios del gobierno, la hora de la verdad ha llegado y con la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos (así se llama) y la Ley de Medidas Fiscales Paliativas y Relevantes (como se llama el Paquete Fiscal) aprobadas, ya no hay más margen para el gobierno.
Fueron seis meses de negociaciones, en principio negadas por Milei y después aceptadas por el superministro Francos, que le sirvieron y mucho para sostener el discurso oficial de que todo lo que pase de malo en el universo, era culpa de los anteriores y de la casta que no quería darle las herramientas para transformar a la Argentina en una Alemania, Italia o Francia sudamericana.
A partir de ahora el gobierno ya no podrá seguir echándole la culpa a los demás y va a tener que mostrar gestión. Aprovechar las dos leyes que le dio el Congreso y hacer las reformas prometidas y hacer que la prometida reactivación en V corta, no sea mas que una ilusión.
Tiene enfrente a los mercados y a todo el sector financiero que ya no banca más la perorata e increíblemente está mas ansioso que la propia gente de a pie, que es la que viene sufriendo el ajuste, la licuadora y la motosierra.
El enojo de banqueros y financistas, se tradujo en el aumento del dólar en todas sus variantes, la caída de los bonos argentinos y las acciones de las empresas en la Bolsa y la suba del riego país.
De la capacidad del Caputo y Milei de que la Ley Bases funcione, que el blanqueo sea atractivo y que el RIGI genere inversiones, va a depender el futuro. Porque si eso ocurre, no será necesario devaluar el peso como lo piden los mercados, ya que habría dólares a disposición.
Pero si los ricos, a pesar de las inéditas ventajas, no quieren blanquear y registrar sus fortunas y pagar los impuestos y si no logran hacer desembarcar inversiones extranjeras al amparo del RIGI y para que vengan a gastar sus dólares en la Argentina, mas que los pobres, los jubilados y la clase media, que vienen sufriendo el ajuste, los que van a salir a desestabilizar van a ser los banqueros, empezando por el tipo de cambio (dólar).
En el gobierno dicen que eso será para agosto o setiembre. Los mercados, ansiosos como siempre, esperan tener ganancias mucho antes que eso, a pesar de que una devaluación haría que se pierda todo el esfuerzo hecho hasta ahora. Y de nuevo, la realidad demostrará que a pesar de la chapucería presidencial, el enorme esfuerzo del pueblo argentino finalmente puede ser en vano.
