La aeronave cayó en una zona residencial de un barrio de Vinhedo, ciudad perteneciente al estado de San Pablo, después de perder aproximadamente cinco kilómetros de altitud en menos de dos minutos.
Un avión de VoePass que realizaba un vuelo de cabotaje con 61 personas a bordo se estrelló este viernes en una zona residencial de Vinhedo, una ciudad perteneciente al estado brasileño de San Pablo que está ubicada a 80 kilómetros al noroeste de la capital departamental. Según se precisó, el accidente del vuelo 2238 en el que viajaban 57 pasajeros y cuatro tripulantes no tuvo sobrevivientes.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, habló de la tragedia durante un acto realizado esta tarde en Itajaí, Santa Catarina, en el que pidió un minuto de silencio y detalló. “Acaba de caer un avión en la ciudad de Vinhedo con 57 pasajeros y cuatro tripulantes y parece que todos murieron. Quiero pedir un minuto de silencio para las víctimas”.
El cuerpo de bomberos local confirmó que el avión cayó en Vinhedo, ciudad de unos 76.000 habitantes, a las 13.25. El vuelo había salido de Cascavel, en Paraná, y se dirigía al aeropuerto de Guarulhos, en la región metropolitana de San Pablo. El avión bimotoro modelo ATR-72 se precipitó en el barrio de Capela, una zona residencial, cerca de la autopista Miguel Melhado de Campos (SP-324). Siete equipos de bomberos participaron del rescate junto al personal de la Protección Civil y la Policía Militar.
Según se informó, algunas viviendas de la zona resultaron impactadas. La aeronave cayó en la calle Joao Edueta al 2500, dentro de un condominio residencial, después de perder aproximadamente cinco kilómetros de altitud en menos de dos minutos.
El canal local GloboNews mostró imágenes de una gran zona en llamas y humo saliendo de lo que parecía ser el fuselaje. Otro video mostraba el avión cayendo verticalmente y girando en espiral mientras se precipitaba. El Centro para la Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos (Cenipa) informó que investigadores del organismo y del Cuarto Servicio Regional de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos (Seripa IV), división regional del Centro, estaban “en camino a realizar realizar la actuación inicial” en el terreno.
El rastreador de vuelos FlightRadar 24 registró el avión como un turbohélice ATR 72-500. ATR es propiedad conjunta de Airbus y el grupo aeroespacial italiano Leonardo. “Por las imágenes que se difundieron, el avión estaba teniendo algunos problemas de control porque no podía sostenerse”, consideró el ingeniero Gerardo Portela, doctorado en Gestión de Riesgos y Seguridad de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ).
Portela recordó que para sostenerse en el aire el avión necesita tener una velocidad mínima y un posicionamiento en relación al horizonte. “Cuando una maniobra se realiza incorrectamente, falla el equipo o la potencia del motor no es suficiente para mantener la velocidad y la agilidad, se puede sufrir una pérdida de calidad y tener una estol”, señaló el experto que agregó que «el fenómeno es conocido como barrena plana».
Por su parte, el ingeniero aeronáutico Celos Faria de Souza, criminalista en accidentes aeronáuticos y director de la Asociación Brasileña de Seguridad de Vuelo (Abravoo), consideró como 95% probable que el avión haya sido afectado por hielo. “Había previsiones de formación de hielo en la zona del accidente. Es posible que se haya formado hielo en el ala del avión y que el sistema de deshielo, por alguna razón, no haya funcionado. Como resultado, el avión pierde sustentación y cae como vemos en el video”, precisó al diario O Globo.
“¡Va a explotar!”
Entre los videos de los testigos de la zona, se conoció uno de un hombre que alertó a sus vecinos sobre la posible explosión de la aeronave. “¡Tengan cuidado, va a explotar ahí!”, gritó un residente que hizo una grabación a pocos metros del avión que ya estaba ardiendo.
Otro usuario de X afirmó que el ruido era “angustioso y desesperante”. “Espero que no haya tantos pasajeros, cuantas menos víctimas mejor”, expresó. Nathalie Cicari, quien vive al lado del lugar de la caída, describió a la TV CNN Brasil que fue “aterrador”. “Estaba almorzando, escuché un ruido muy fuerte y muy cerca de mí, pensé que era un dron”, pero “mucho más alto”, explicó sobre los segundos previos al accidente. “Salí al balcón y vi el avión girando en remolino. En segundos me di cuenta de que no era un movimiento normal para un avión. Sólo dio tiempo de agacharme y como hacen en las películas, rezar. Ahí fue cuando escuché el ruido enorme de la caída”, relató. Y luego “el humo negro subiendo”.