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lunes 28 abril 2025
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River le ganó a Boca en un Superclásico consagratorio para el ‘pibe’ Mastantuono y revitalizante para Marcelo Gallardo

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  • El ‘Millonario’ se impuso 2 a 1 ante una multitud en el estadio Monumental, que deliró y se acordó de sus eternos rivales.
  • Ahora, el ‘Xeneize’ iría del otro lado del cuadro y solo se podrían cruzar nuevamente en una hipotética final.

Cinco minutos después de que el árbitro Nicolás Ramírez cerrara su reparto de tarjetas amarillas a domicilio, la ronda de jugadores de River sigue celebrando. Primero frente a la popular baja ‘Enrique Omar Sívori’, después en la platea baja Belgrano. Después en el borde del área que defendieron en el segundo tiempo. Celebraron más el triunfo justificado en el Superclásico ante Boca, que los jugadores del Barcelona la obtención de la Copa del Rey después de liquidar al Real Madrid. Dicho así, semejante fiesta riverplatense suena a exageración. Tal vez lo haya sido. No porque no merecieran la victoria, sino por los distintos significados del 2-1 y los momentos del partido.

Un minuto antes de ese pitazo final de Ramírez, Franco Armani había sacado al córner una pelota envenenada. ¿Y si entraba? ¿Y si la chapa final era 2-2? Tampoco podría hablarse de injusticia, en todo caso por el alto precio que hubiera pagado River más que los méritos que Boca debería haber tenido para igualar dos veces el marcador. Y pudo haber ocurrido.

No es criticable un festejo tras vencer al rival de toda la vida. Pero debería tener cuidado River si cree que a ese adversario de los tiempos inmemoriales lo pasó por arriba. Le ganó bien y basta. Y le pudieron empatar, también.

No pasará a la historia este Superclásico por el juego que dieron los dos. La estadística tiene un número más. Y algún cotillón extra como ese que indica que Gago nunca le ganó a River dirigiendo a Aldosivi, Racing o Boca. Y alguna cuenta más habrá que pasarle al técnico por esta derrota que, se insistirá hasta el hartazgo, pudo ser empate. Eso fue a buscar al Monumental. Se fue sin nada.

Casi nada había pasado hasta los 25 minutos. cuando Marcos Rojo mostró de qué está hecho. Hizo una falta evitable a Driussi cuando el delantero local estaba de espaldas y sin tener dominada la pelota. ¿Cómo es que Rojo hace una infracción de esa naturaleza, a esta altura de su carrera y con las mil batallas que lleva en sus hombros? Inexplicable.

Franco Mastantuono. Foto: Fernando de la Orden / CLARINFranco Mastantuono. Foto: Fernando de la Orden / CLARIN

Mastantuono la clavó en un ángulo. Barrera bien formada, Marchesín acaso un poquito lento en el reaccionar, pero la bocha entró en el lugar exacto. ¿Qué veterano hincha de River no habrá recordado al Beto Alonso? Golazo. La fiesta estaba servida.

Sin embargo, Martínez Quarta y Pezzella bailaron un vals equivocado por ir a buscar una bocha que más que pase, fue un rechazo largo. Falló en el salto el campeón del mundo en Qatar 2022 y llegó el 1-1 inesperado. Miguel Merentiel, que vivía en una isla desierta, vio llegar un barco con provisiones. Fue una magnifica definición del uruguayo cuando salió Armani. ¿Justicia? No podría asegurarse. ¿Realidad? Sí. River defendió mal una pelota y Boca aprovechó, porque había sido a Núñez de caza y se encontró una presa indefensa.

Ahora bien. ¿Por qué Gago cambió el dibujo que le venía funcionando y eligió jugar con cinco defensores? Porque no fueron tres centrales y dos laterales abiertos. No. Advíncula Blanco siempre estuvieron a la altura de BattagliaRojo Costa. Se desprendían, sí. Pero a cuenta gotas y con esporádicas compañías. Zenón casi siempre. Delgado, a veces. Belmonte, otras, pero sin tino.

Tampoco buscó soluciones en el banco para ir por la victoria en la segunda parte o para tratar de empatar después. Y a propósito. Puso tres centrales y Driussi cabeceó solo y siguió estando solo cuando Marchesin rechazó corto. Error de jugadores, no de técnico. El DT tiene otras demandas por las cuales responder. Sacó a Rojo y a Belmonte. Se suponía que pasaba a línea de cuatro adelantando a Battaglia. No. Siguió igual. Zeballos fue a trata de encontrar a Merentiel y el chileno Palacios bajó unos metros. No pasó nada. Intrascendencia pura.

Foto: Fernando de la Orden / CLARINFoto: Fernando de la Orden / CLARIN

Sin embargo, River sufrió. Por “mérito propio”. Mastantuono desperdició varios contragolpes, como ese en el que corrió solo y eligió el remate afuera en vez de la asistencia a Colidio para empujarla. Era el 3-1. Y entonces en el fondo hubo que aguantar. Como fuera. Aun ante ese Boca al que no se le caía una idea (y al banco tampoco). Rondo el empate en el área de River. Y apareció Armani en esas dos del final. Y desató la fiesta. Entendible. Pero tampoco es para tanto.

Fuente: Clarín

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